“La gastronomía encierra el espíritu de un pueblo, su esencia, su alma y cuando aquélla se mezcla con otra, el mestizaje dejará sus frutos”.
Para las creencias mayas, vertidas en el Popol Vuh, la alimentación y la creación estaban íntimamente ligadas, están concatenadas, ya que los dioses crearon a los hombres para que los honraran y los alimentarán. Tal vez por eso para propios y extraños, la alimentación o comida es un placer de dioses.
El maíz es parte de la leyenda de la creación del mundo material maya y quiché, ya que de las regiones de Paxil y Cayalá brotaron el maíz amarillo y el maíz blanco, que enseñaron a los hombres y así dando origen a la agricultura. Estas dos civilizaciones –mayas y quichés- fueron excelentes cazadores de venados, aves como las tórtolas, jabalíes, liebres e incluso faisanes . Entre los alimentos ancestrales mayas y quichés estuvo el pescado, el venado, el consumo de tortuga, el cangrejo y el maíz.
El maíz, el metate y el molcajete jugaron un papel propio de los guisos molidos: “La comida de los indios” que consistía principalmente en tortillas y bollos de maíz cocido y molido.
También crearon una bebida de maíz que llamaron “El pozol”, y de ahí surgió el actual Pozole siendo ya un producto mestizo, por motivo de las 34 Historias y Mestizajes de México a través de su gastronomía.
Por último, no olvidemos el amasado de harina de maíz en molcajetes dando como resultado el rico pinole.