Hoy en día, el maíz es cultivado en la mayoría de los países del mundo, debido a su productividad y adaptabilidad, se ha extendido rápidamente a lo largo de todo el planeta después de que los españoles y otros europeos exportaran la planta desde América.
Por ser el sustento de la dieta alimenticia de los pueblos indígenas y mestizos de nuestro continente, este cultivo ha dado lugar a una serie de sistemas agrícolas muy variados.
El maíz es abundante en carbohidratos y proteínas, suministra prácticamente todas las vitaminas necesarias para el hombre, integra una nutrición muy completa y balanceada; sobre todo si se le adicionan proteínas
de origen animal y las muchas y muy diversas frutas, verduras y tubérculos procedentes de la milpa y los huertos familiares y otros modelos agrícolas tradicionales.